Enfrentarse al cáncer te sitúa en un instante frente a la fragilidad de la vida. Este trabajo recoge mi experiencia personal ante esa, a veces no nombrada enfermedad. El enfrentarse a ella es cuando se pone de manifiesto la verdadera potencialidad del ser humano. La complejidad estructural del cuidado radica en su naturaleza humana y social y en la relación dialógica y de interacción recíproca entre el cuidador y la persona cuidada. Recorrí el camino junto a “mis enfermeras” ellas me enseñaron la sutileza de los cuidados, posteriormente, mis alumnos me ayudaron a convivir con las incertidumbres de los tratamientos y mi experiencia les ayudó a crecer como personas y futuros enfermeros.