Dejar de fumar es el resultado, en la mayoría de las veces, de un largo proceso que suele comenzar con una ampliación de los conocimientos disponibles individualmente sobre las consecuencias negativas del hábito de fumar; resultado del cual, el fumador comienza a conformar nuevas actitudes enfrente del tabaco y éstas pueden finalizar con un cambio de conducta: el abandono del consumo del tabaco.