La presencia de fiebre en el niño representa uno de los motivos más frecuentes de consulta en la práctica pediátrica diaria y, en ocasiones, se convierte en una situación de temor y angustia para los padres que la consideran como el indicador más importante de que su hijo ha adquirido alguna infección seria, lo cual puede conllevar al uso inadecuado del sistema sanitario y en especial, de los servicios de urgencias.