El tétanos es una enfermedad no contagiosa, en ocasiones mortal, provocada por una potente neurotoxina, la tetanospasmina, producida por una bacteria del género Clostridium. La bacteria prolifera en condiciones anaerobias, es decir, en ausencia de oxígeno, y segrega sustancias tóxicas (toxinas) que penetran en las fibras nerviosas motoras periféricas hasta llegar al sistema nervioso central con afectación inhibitoria de las neuronas productoras del neurotransmisor GABA y el aminoácido glicina, provocando la típica parálisis y espasmos musculares. La bacteria produce esporas resistentes y provienen de casi cualquier parte, incluso del polvo de la calle o el suelo del jardín. La infección ocurre por la penetración de las esporas en las heridas contaminadas.
Se manifiesta de forma esporádica en personas no inmunizadas o inmunizadas parcialmente por no haber recibido las dosis de refuerzo que cada cierto tiempo se administran a las personas vacunadas.
Hay un tétanos conocido como tétanos neonatal, de los recién nacidos, pero en general es una patología fácilmente evitable mediante profilaxis vacunal.