Hablar en tono serio con él no es una tarea sencilla, sus palabras se disfrazan con humor, pero no enmascaran la seriedad profesional que este tipo infunde en sus trabajos. Dice que tiene poco de gamberro, en su cuenta de Twitter prefiere definirse como “cantautor plasta”.
Sin embargo, este rebelde, icono de la “movida madrileña”, tiene una debilidad que, a diferencia de Aquiles, es una debilidad que le hace más fuerte, su hija Mafalda. “Egoístamente hablando, yo saco beneficio, ella es una maestra para mí”. Y es que Pablo Carbonell es de esos tipos optimistas que siempre ven el lado bueno de las cosas.