La necrosis, muerte celular de un tejido vivo, se produce por falta de aporte sanguíneo. En las extremidades inferiores esta falta de aporte sanguíneo puede dar lugar a una isquemia gangrenosa.
En los casos de necrosis irreversibles puede usarse como técnica terapéutica la momificación, también llamada autoamputación. Se trata de una técnica sencilla y económica, pero que requiere de unos conocimientos previos. El objetivo es evitar la infección, evitar la humedad y limitar la lesión de la úlcera con curas con clorhexidina al 2%.