Objetivo: examinar las barreras comunicativas que tienen los profesionales sanitarios cuando se enfrentan a un efecto adverso.
Método: estudio cualitativo de orientación fenomenológica, desarrollado en el Servicio de Urgencias del Hospital de Tortosa Virgen de la Cinta (Tarragona), entre octubre y diciembre de 2018. Muestreo por conveniencia. Se llevaron a cabo dos grupos focales formados por seis-siete profesionales sanitarios que se agrupan en función del tiempo de experiencia profesional (mayor o menor a tres años). Los candidatos a participar se diferencian por edad, sexo y categoría profesional. Se usa el programa Atlas.Ti para el análisis. Se identifican tres categorías analíticas y 14 subcategorías.
Resultados: participaron 13 profesionales en dos grupos focales. Categorías que emergen del discurso: definición de efecto adverso, información y mejoras. Se normaliza la frecuencia de los errores. Hablan de errores leves y graves, diferenciando su actuación y los sentimientos. Refieren que parte de su aprendizaje es debido al ensayo-error de la práctica. Expresan miedo a informar en situaciones de gravedad. Hay una infrautilización del sistema de registro. Coinciden en dar la información en equipo, previo consenso, y expresan desprotección institucional. Proponen la implantación de los debriefings, identificación positiva, comunicación entre servicios, informatización y un cambio de turno estructurado.
Conclusión: el miedo a las respuestas, la pérdida de reputación y la falta de apoyo institucional aparecen como las principales barreras a la hora de admitir y comunicar los incidentes. Hay un amplio consenso sobre la falta de responsabilidad en la comunicación y disculpa de los eventos adversos y sobre la necesidad de aportar soporte y formación a los profesionales.