“He estado en el infierno, eso lo sé. Y, sobre todo, tengo sensación de tristeza, rabia e impotencia. Quiero contárselo a todo el mundo que quiera saber lo que allí ocurre”, comienza Mercedes de la Fuente, enfermera que ha estado en los campos de Vial, Moria, Lesbos, Samos, Malakasa o Corinto, en Grecia.