La pasión y el gusanillo de viajar y conocer mundo le ayudaron a lanzarse a la que sería una de las mejores aventuras de su vida. Sandra Pascual quería vivir y trabajar en otro país, y Australia siempre le había llamado la atención. Cogió sus maletas, y sin trabajo se trasladó hasta la otra punta del mundo donde la suerte llamó a su puerta: a los dos días de entregar el currículum vitae le enviaron una oferta de trabajo que aceptó sin dudar, convirtiéndose en la única enfermera española del hospital.