¿Te imaginas estar ingresado en el hospital y poder interactuar con perros y caballos? ¿Realizar un día de películas? ¿Sentirte como si estuvieras en casa? Esa es la idea que tenía el equipo de la Fundación Aladina hace 13 años cuando crearon la entidad, poder ofrecer un programa de actividades que permitiera el acompañamiento emocional y lúdico de todos aquellos niños enfermos de cáncer que están luchando contra la enfermedad. Poder ofrecer compañía y diversión, pero también consuelo a unos padres que necesitan ayuda para poder llevar la situación.