La profesión de matrona, originalmente un oficio de mujeres para mujeres que a día de hoy la antropología sitúa pareja al origen de la humanidad, ha pasado (y sigue pasando) infinidad de vicisitudes que motivaron, a raíz de su academización y normalización de su ejercicio a partir siglo XVIII1, a conjuntar la fuerza del colectivo, pequeño en número y lastrado por razón de género en una sociedad androcentrista, para defender sus intereses profesionales. Las matronas, al igual que los gremios que proliferaron en el Medievo, intentaron también crear, enmarcadas dentro de las profesiones de orden civil, bajo el mismo epígrafe ...