Introducción Tras el nacimiento, la lactancia materna (LM) se ha convertido en la forma de alimentación natural del recién nacido, aportando múltiples beneficios tanto a la madre como al lactante1. Este hábito ha estado ligado desde la antigüedad a la supervivencia de la especie humana, pues todos los mamíferos necesitan de la leche materna para su supervivencia y lo mismo sucede con los recién nacidos humanos (RN) que precisan ser amamantados por su madre2. Sin embargo, a finales del siglo XIX, con la Revolución Industrial, se comienza a desarrollar la industria química y farmacéutica, creando un alimento sustitutivo de la leche ...