La prevención y el tratamiento de las alteraciones de la marcha en el adulto mayor son esenciales para disminuir el impacto en la dependencia y el riesgo de caídas. La actividad física constituye el mejor método de prevención y tendrá que estar adaptada a las capacidades del anciano. Por ello, se recomienda especialmente caminar, durante el tiempo y la distancia que se pueda, y utilizando ayudas técnicas si fuese necesario (Ver Imagen 2). Otras medidas son los ejercicios pasivos de estiramiento, resistencia y equilibrio. Tiene especial importancia el control de la hipotensión ortostática para evitar mareos, pérdidas ...
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