Todos tenemos miedo a dar una mala noticia porque no hemos recibido ninguna formación en la materia. La ausencia de una formación que explique cómo hacer frente a reacciones de cólera, pena, angustia, desesperación, etc., hace que el personal sanitario, tenga dificultad en las entrevistas que pueden desencadenar reacciones de este tipo. El objetivo de este artículo es demostrar la necesidad de establecer protocolos que ofrezcan unas pautas a seguir por cualquier profesional que se encuentre en esta circunstancia y que faciliten que la comunicación de la mala noticia se realice con los menores efectos negativos.