Gracias a la reforma psiquiátrica de los años 50 del siglo pasado, con el cierre progresivo de los “manicomios”, la nueva ideología psiquiátrica ha favorecido la creación de recursos alternativos en la comunidad destinados a la rehabilitación. Si bien es cierto que hacía falta un cambio en el tratamiento de la cronicidad, también esto se ha visto afectado por el entramado legal y ético surgido en los últimos años. Con esta perspectiva, la enfermera debe basar su intervención teniendo en cuenta siempre las capacidades de las personas, con el propósito de idear un plan adecuado de cuidados y poder así conseguir los objetivos propuestos. Consideraremos nuestra realidad cultural y la de los usuarios, desde una estigmatización social de los problemas mentales.