Los jóvenes salen los fines de semana como forma de actuación social y son poco seguros disfrutando de su tiempo libre. Esta hipótesis no se ve comprobada en el estudio.
La aportación más relevante del estudio se desprende del análisis de las preguntas abiertas que configuran el cuestionario, entre cuyas conclusiones destaca que se quejan de una enseñanza poco personalizada, viven el presente y no tienen objetivos a largo plazo y demandan actividades deportivas o creativas, así como zonas de ocio donde poder reunirse para conversar sin necesidad de gastar dinero.