Introducción: la medicina actual ha realizado grandes progresos en el último siglo, consiguiendo que se viva más tiempo y mejor que antes. Pero este avance no se ha traslado al campo de la muerte. El buen morir es hoy privilegio de unos pocos. El moribundo reclama su derecho a un fin digno. Su petición es, habitualmente, desoída por los profesionales sanitarios. La Ley de Autonomía del paciente, con la regulación del testamento vital o voluntades anticipadas, supone un giro en este sentido.
Desarrollo: el objetivo del presente trabajo es dar a conocer la normativa actualmente vigente relacionada con el testamento vital o últimas voluntades mediante una revisión crítica de la legislación existente.
Conclusiones: el fin de la asistencia sanitaria es vencer la enfermedad, aliviar el sufrimiento y propiciar el autocuidado. A estas afirmaciones hay que añadir un cuarto elemento: permitir al enfermo una muerte digna. El reconocimiento del testamento vital como un derecho del paciente supone un primer paso en la construcción de una sociedad cada día más humana.