Hipótesis: Se están cambiando hábitos alimentarios y no dependen de la situación socio-económica ni ambiental. Estos cambios pueden ser negativos para la salud posterior, pero no se debe de incidir sin un conocimiento profundo de las costumbres, la cultura, etc. Con el presente estudio se pretendió comprobar si existían diferencias en la alimentación de niños del entorno rural y urbano.
Metodología: Estudio de carnets alimentarios semanales de 122 niños, entre 3 y 12 años, procedentes del entorno urbano y rural. Se han cuantificado los alimentos englobados en grupos.
Resultados: En ambos grupos (rural y urbano) se encontraron diferencias en el número de comidas y lácteos, que fue superior en los pequeños. En zumos y refrescos, los niños pequeños consumían más zumos y los mayores más refrescos. En todos los grupos estudiados se observó una ingesta pobre en pescado (2-3 veces/semana), en huevos (1-2 v/s), así como de frutas y verduras (8-10 v/s) y alta en lácteos (11-25 v/s).
Conclusiones: Las modificaciones de los hábitos alimentarios son comunes a las dos poblaciones, rural y urbana, igualándose éstos entre ambas poblaciones como efecto de la uniformidad cultural.