El deterioro físico o psíquico de un miembro de la familia produce cambios drásticos y traumáticos en su entorno. La realidad actual es que siempre existe una persona en la familia que se responsabiliza en mayor grado de la atención del enfermo, pudiendo llegar a poner en riesgo su propia salud debido a la sobrecarga física y emocional a la que se ve sometida.
El objetivo del programa es desarrollar habilidades en el cuidador para prevenir futuras patologías y mejorar los cuidados del paciente dependiente. Para ello formaremos grupos de cuidadores que mediante sesiones teórico-prácticas irán adquiriendo habilidades para poder afrontar mejor su problemática diaria.
La intervención se evaluará mediante un test que los cuidadores realizarán antes de las sesiones, midiendo su estado físico, psicológico y social; y un segundo test al finalizar con las mismas preguntas para ver su evolución.