La atención y puesta en marcha precoz de la cadena de supervivencia mejora de manera sustancial el pronóstico de las personas que sufren una parada cardiaca extrahospitalaria. Diversos autores defienden que una intervención educativa en soporte vital básico llevada a cabo en la edad escolar puede ser beneficiosa en términos de autoconfianza, conocimientos y predisposición.
En esta línea, el objetivo de esta intervención educativa es capacitar a los alumnos de 11 y 12 años para el reconocimiento de una parada cardiaca y la consiguiente puesta en marcha de un protocolo de soporte vital adecuado.
A continuación, se presentan las claves de la intervención educativa y los criterios de evaluación de los resultados (actitudes, conocimientos y destrezas).