La Enfermería, profesión compuesta mayoritariamente por mujeres, constituye todavía hoy un colectivo laboral expuesto a desigualdades de género. En los últimos tiempos, el ritmo, la exigencia, la demanda y la carga de trabajo de los profesionales enfermeros es cada vez más elevado; al igual que en otras profesiones de predominio femenino. Sobre las enfermeras recae de forma mayoritaria la responsabilidad de conciliar la vida laboral y la doméstica, situación que supone una sobrecarga de trabajo y produce una disminución de la calidad de vida y, en ocasiones, obliga a reducir la jornada laboral a tiempo parcial. Por otra parte, las profesionales de la Enfermería conforman un grupo de riesgo laboral conocido, expuesto fundamentalmente a riesgos físicos, biológicos, químicos y psicosociales. Todas estas variables han de tenerse en consideración para prevenir la aparición de complicaciones y mejorar los niveles de salud de las enfermeras.