“Mucha gente ni siquiera sabe que Sudán del Sur es un país”. Así describe Esperanza Santos Suárez la situación humanitaria y sanitaria que atraviesa el país africano, que lleva inmerso en una guerra civil desde 2013, dos años después de la creación de este nuevo estado. Un conflicto que ha enfrentado a las dos etnias más importantes del país y que, hasta 2015, había causado la muerte de 50.000 personas y obligado a un millón y medio a desplazarse para huir de la contienda. Esperanza, enfermera, acaba de regresar de su último viaje a Sudán del Sur, y nos cuenta cómo es su trabajo en un país que sufre las consecuencias de una guerra olvidada por la comunidad internacional.