Uno de los momentos más difíciles a los que se pueden enfrentar las personas es a ver a un familiar enfermo. Cuando un paciente padece una enfermedad crónica o avanzada o simplemente comienza a pesarle el paso de los años depende, en gran medida, de un cuidador, de una persona que esté a su lado 24 horas al día y le ayude a mejorar su calidad de vida. Esta figura es, en muchas ocasiones, una de las grandes olvidadas, que de forma habitual suele ser de la propia familia, básicamente por una cuestión de confianza.