Partiendo del desarrollo de las distintas disciplinas relacionadas con la salud, se analizan las condiciones para una verdadera interdisciplinaridad, que pasa por una total autonomía y desarrollo de cada una de las disciplinas como prerrequisito para que, a través de un lenguaje traductor, se dé cuenta de cada uno de los aspectos del común objeto de estudio y haga posible un mutuo entendimiento y colaboración entre dichos saberes.