Helena Quintana es una enfermera española en Ámsterdam, ciudad a la que llegó en 2019, antes de la irrupción de la COVID-19, por lo que su integración no fue la que ella esperaba. “De repente el país se cerró y solo se podía ir a trabajar. Sin embargo, hice muy buenas amigas durante la pandemia que lo hicieron mucho más llevadero”. A pesar de ello, “después de un tiempo he de confesar que se vive de manera muy normal. Estoy ya bastante acostumbrada a estar aquí y siento que he encontrado mi lugar en esta ciudad”.
Quintana, que llegó a Holanda por la inestabilidad laboral que le ofrecía su país, nos atiende para hablar de la situación de la Enfermería en Países Bajos, donde “hay muchos aspectos positivos como la estabilidad laboral que ya mencionaba y la formación, que muchas veces son las mismas empresas las que te la financian”. También considera que el vivir en el extranjero como experiencia te hace descubrir muchas cosas sobre ti mismo y te hace ser más independiente. Nos habla de su día a día en el extranjero y de las diferencias en la práctica enfermera en España y en Ámsterdam, país en el que, según relata, “la mayor diferencia puede ser que la enfermera también ayuda con el aseo personal. Más allá, no existe mucha disparidad en cuanto a la rutina enfermera. Aquí también se realizan muchas tareas de gestión que en España nunca tuve la oportunidad de desempeñar”.