Marta Soares, Jo C Dumville
Department of Health Sciences, University of York; York, UK
Los clínicos y los responsables de formular las normas a menudo han de tomar decisiones difíciles sobre las tecnologías de asistencia sanitaria que usan. Un número cada vez mayor de organismos gubernamentales, como el National Institute of Health and Clinical Excellence (NICE) en el Reino Unido, elaboran guías clínicas nacionales y evaluaciones de la tecnología para orientar la práctica clínica1. Con frecuencia, estas evaluaciones no sólo consideran los beneficios conferidos por las elecciones alternativas de tratamiento sino también los costes.
Es esencial que los clínicos entiendan claramente la razón de que sean necesarias evaluaciones económicas, qué significan los resultados de estas evaluaciones y cómo estos hallazgos pueden orientar en las decisiones de asignación de los recursos. Se empezará con una introducción de las ideas clave y a continuación se ilustrará con ejemplos.
EVALUACIÓN ECONÓMICA
El gobierno central o los servicios financiados por el estado deben distribuir la asistencia sanitaria dentro de presupuestos fijos y limitados (ver cuadro). Las decisiones tomadas para invertir el dinero de un modo determinado incurrirán en un coste de oportunidad con relación a la inversión en otros servicios sanitarios que se verán privados de él. Por ejemplo, la inversión en un nuevo centro especializado...