Educare
Convergencia Europea: ¿más allá de enseñar?
Garbiñe Lasa Labaca, Mª Isabel Elorza Puyadena, Mª Iciar Mayoz Echaniz
2008-03-01

Introducción

El proceso educativo comporta una relación interpersonal muy importante en la que, lo que haga o lo que refiera el profesor va a tener una influencia, decisiva en el alumno. Las conductas interactivas (relaciones abiertas, acercamiento a los intereses del alumnado, animación por medio de motivaciones) darán la posibilidad de unas respuestas colaboradoras e integradoras por parte del alumnado.
La elección del cómo impartir la asignatura es un compromiso entre la necesidad, el riesgo, la confianza y la obligación. La buena práctica pedagógica puede ser muy estimulante pero mejorarla implica ampliar el repertorio de conductas profesionales que uno posee y probar tácticas nuevas cuyo resultado sólo nos podemos imaginar vagamente. Realizar esta misión educativa es una tarea difícil, ya que en el proceso facilitador del aprendizaje de los alumnos deben tenerse en cuenta otras facetas.
Es más eficaz establecer un clima de confianza y respeto, dedicando el tiempo necesario a escuchar y tener en cuenta sus ideas, saber que la comunicación va más allá de las palabras, que nuestros modales, la manera de escuchar, de hablar, los gestos y saludos al principio de nuestras sesiones, la posición del cuerpo y nuestros movimientos, la voz, las expresiones faciales así como todos los aspectos de la comunicación no verbal producen siempre efectos en el alumno.

 
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