Alimentarse bien durante el proceso de la enfermedad es esencial para afrontar los tratamientos con energía. Por ello, la dieta de todo paciente debe incluir verduras, frutas, cereales, legumbres, pescados y carnes, preferiblemente blancas, en las proporciones adecuadas. Esta, además, debe ser baja en grasas y estar repartida en cinco tomas diarias con el objetivo de facilitar la digestión. La dieta mediterránea protege contra el cáncer de mama. Se caracteriza por el papel destacado de las frutas, verduras y el aceite de oliva, siendo una dieta rica en grasas monoinsaturadas y baja en grasas saturadas, haciendo que los tejidos sean...
Palabra más relevante en este resultado: paciente