En primer lugar, hay que diferenciar urgencia y emergencia hipertensiva. La urgencia hipertensiva se caracteriza por una elevación de las cifras tensionales, pero sin riesgo vital. La actitud en este caso es dejar al paciente en reposo y observar la evolución. Si la TA sigue elevada, se iniciará tratamiento farmacológico, preferiblemente por vía oral o sublingual, con el objetivo de disminuir la presión arterial en el plazo de 24 horas. La emergencia hipertensiva se acompaña de elevación de las cifras tensionales junto con sintomatología que revela riesgo vital inminente. La actitud, en este caso, será conseguir el control de ...
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