Comprender cómo la creación y la divulgación de conocimientos contribuyen al crecimiento económico y al bienestar social, así como al desarrollo mental, cultural, espiritual y físico del ser humano, requiere de una base empírica sólida. Esta comprensión ha creado una demanda prolongada entre los analistas de políticas públicas y los responsables de la toma de decisiones de documentar el nivel y la naturaleza tanto de los recursos humanos como económicos que los diferentes países, regiones, empresas e instituciones requieren, como primer paso para aprender cómo dirigirlos hacia los objetivos deseados (1). La ausencia de un código UNESCO (Organización de las ...