Es la detención completa y persistente del contenido intestinal (heces y gas) en algún segmento del tubo digestivo. Según su patogenia, se pueden distinguir dos tipos de obstrucción: Funcional o íleo paralítico, que supone una alteración en la motilidad intestinal sin que exista un obstáculo real al tránsito intestinal. Mecánica, en la que la causa es una lesión que ocluye la luz intestinal. En ambos casos es necesario distinguir si se trata de una obstrucción de intestino delgado o grueso.
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