En pocas actividades grupales, de equipo o comunitarias se participa más frecuente y trascendentemente que en las convocatorias reuniones de trabajo o empresa. Sin embargo, el nivel de preparación de las reuniones es habitualmente similar o incluso inferior a las del ámbito ciudadano (Tabla 7). Son muchas las razones que contribuyen a ello, desde la falta de justificación de la convocatoria hasta el mal reparto de tareas, la falta de comunicación previa, etc. Minusvalorar las consecuencias que en los participantes producen estas negligencias es sin duda una de las principales causas de la frustración que muchas iniciativas colectivas acaban generando...