A lo largo del s. XXI, la era de la informática, la electrónica, la robotización, los satélites y los viajes espaciales sitúan al ser humano frente a sofisticadas herramientas tecnológicas que suponen, a la vez, un reto y una amenaza para la misma concepción del hombre; su dignidad, responsabilidad y autonomía están en juego. Las tecnologías sociales son necesarias acorde a estas nuevas situaciones. El efecto de despersonalización que posee la tecnología fue tamponado, al menos parcialmente, por ?la tercera revolución psicológica?, un movimiento de potencial humano nacido, como la mayoría de las innovaciones, en la costa este de EE.UU.,...