A menudo, en la cultura occidental, es una manera de expresar el miedo y la fragilidad, puesto que no está muy bien visto mostrar vulnerabilidad y el paciente se pone de este modo a la defensiva. Hay que entender que expresar hostilidad es, en principio, natural y legítimo. Reconocerla y explorar sus causas ayudará a promover soluciones adecuadas a la situación. En este sentido, es importante no presuponer nada e indagar en los motivos, que pueden ser externos al paciente (ausencia de tratamiento curativo, sobreprotección no deseada), internos (temores, frustración, desesperanza, deterioro progresivo) o un aprendizaje inapropiado en la expresión de...