El escenario es el marco geográfico en el que se sitúa la catástrofe. En él concurren de manera desordenada y mal delimitada personas sanas y heridas, espacios distorsionados, elementos deteriorados, restos de materiales y, sobre el mismo, se acumulan de igual manera espectadores, socorristas, medios de difusión, fuerzas de orden, equipos de rescate y un largo etcétera que contribuyen a crear una situación de caos, confusión y desorden (Imagen 1). Controlar esta situación implica emplear toda suerte de equipos y energías en la localización de supervivientes, evitar la producción de nuevos accidentes, limitar la extensión ...