IntroducciónA medida que los conocimientos en ciencias de la salud crecen y los tratamientos cambian, los profesionales sanitarios deben actualizarlos constantemente. Mantener la competencia es una responsabilidad profesional. La efectividad de este aprendizaje continuado depende de buena manera de sus capacidades de auto-aprendizaje. Es el sujeto el que decidirá en qué, cómo y cuándo actualizarse (1).Estimar el propio conocimiento de forma adecuada, sus deficiencias, límites, lagunas, forma parte de la dotación intelectual que va a ser bagaje que capacite al profesional sanitario a cuidar su propia formación y, por ende, el mantenimiento de su competencia profesional (2-5). De ello deriva...