Desde hace tiempo se conoce la relación entre niveles altos del neurotransmisor dopamina y la esquizofrenia; la evidencia aumenta al comprobar el empeoramiento de esta patología al administrar a pacientes esquizofrénicos fármacos agonistas dopaminérgicos. De hecho, los fármacos antipsicóticos actúan, fundamentalmente, bloqueando receptores postsinápticos del neurotransmisor dopamina, concretamente receptores dopaminérgicos tipo D2, lo que se acompaña de una mejoría del estado psicótico. No obstante, el bloqueo de receptores dopaminérgicos es inmediato, mientras que el efecto antipsicótico puede tardar semanas en aparecer. Además, algunos pacientes no reaccionan al tratamiento con este tipo de fármacos y los llamados síntomas positivos de ...